Decálogo del líder con fortaleza estoica

Tras 20 años formándome sobre las cualidades del liderazgo, una de las que menos he escuchado hablar es la del carácter y fortaleza mental. Sí, se ha estudiado y escrito mucho sobre sus rasgos y habilidades. Cuando hablo de carácter me refiero al modo de comportarse basado en unos principios éticos, y por tanto filosóficos, que contienen unos fundamentos y concepciones del mundo. Me encanta la filosofía estoica por lo que a continuación propondré un decálogo o reglas que se considerían básicas para considerar a un líder con fortaleza estoica.

1. No controles lo incontrolable. Es la principal norma. Un líder puede influir, pero no se desespera cuando algo es ingobernable. Uno mismo forma parte de un todo interconectado, donde se funciona como un sistema. Cada elemento del mismo puede afectarte irremediablemente.

2. Aplica los cuatro valores fundamentales. La valentía (actúa cuando se puede y se debe actuar, aunque tus impulsos te paralicen), la templanza (entendiendo lo incontrolable), aplicando la justicia con los demás (pues el azar puede perjudicar a muchas personas; el próximo puedes ser tú) y la sabiduría, siendo consciente de lo posible y lo imposible.

Aquí se ajustaría la plegaria de la serenidad (del libro "Matadero cinco"):

“Señor concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar; fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar; y sabiduría para entender la diferencia”. 

En este sentido, un líder hace lo que puede y está en su poder, y toma lo demás como acontece. Así, de nosotros dependen nuestras opiniones, impulsos, deseos y actuaciones. Pero, como decía Epicteto, no tenemos ningún control de lo que sucede dentro de nuestro cuerpo, las posesiones, lo que opinan los demás de nosotros, ni los cargos que nos conceden, ni las conductas de los demás.

3.Evita reacciones iniciales emocionales ante los acontecimientos o cuando nos critiquen. Hay que hacer una pausa y respirar hondo. La fortaleza estoica consiste en tener paciencia, aguantar y soportar muchas vejaciones. El fin último es ser ecuánime y mantener el equilibrio.

4. Recuerda la fugacidad de las cosas. La vida es volátil, y lo que creas tener la naturaleza te lo podrá quitar. Hic et nunc (vive el aquí y ahora). Disfruta lo que hay en este instante y da gracias por ello.

5. Alinéate con la naturaleza. Para explicar este principio expondré brevemente la analogía del perro atado al carruaje. Hay que actuar como ese animal que está atado a un carruaje en movimiento. No hay que resistirse a lo incontrolable y querer zafarse de la situación, porque serías arrollado; pero actúa dentro de lo que la cuerda te permita. 

6. Aprovecha cada oportunidad para usa la virtud (valentía, templanza, justicia y sabiduría). El Estoico no se lamenta de que vayan mal las cosas, sino que las aprovecha para entrenar su estoicismo y autosuperarse. 

7. Sé digno en la relación con los demás. Habla poco, pero hazlo bien; no presumas, porque la vida te puede poner en tu sitio; no critiques a alguien por algo que no controla  o no ha elegido. Un líder estoico tiene el control para elegir bien a sus amigos.

8. Responde a los insultos con humor. Como indicaba en el principio 2, lo que nos digan o critiquen los demás no está bajo nuestro control. Por tanto, dale la razón y desmonta su argumento con humor. Por ejemplo: si te llaman "tirano", respóndeles:- he estado practicando mucho para ser buena persona; no me has conocido antes.

9. Construye la mejor sociedad posible. El propósito de un líder estoico es usar la razón para construir el mejor mundo (o la mejor empresa, desde el punto de vista ético) que humanamente se pueda construir. Es la brújula que permite focalizar nuestras conductas.

10. Sé feliz con las cartas que te han tocado. Solo hay que aceptar las normas y actuar. 

Un líder estoico sigue estas pautas. Para él, no hay malas personas. Sino personas que no tienen amathia, o en otras palabras, no comprenden este mundo y carecen de la sabiduría estoica, de lo incontrolable, y para saber lo que es bueno para la sociedad.  Con ellos hay que tener compasión y piedad, pues no son gobernables.