Existencialismo filosófico, o de cómo soñar y crear tu proyecto profesional

Muchas personas viven desorientadas en su carrera profesional (no digo ya personal). Unos andan perdidos toda la vida, y otros en algunos momentos. No se salva el mejor de los guías espirituales, psicológicos o filosóficos. Es parte de la naturaleza humana.  Y esto tiene que ver con la definición de quién queremos ser en el futuro. Estamos continuamente buscando sentirnos bien con nosotros mismos. En algunas ocasiones lo conseguimos. Otras no. 

En mis clases, a mis estudiantes les cuesta mucho definir su visión profesional. También lo llamo determinar su sueño. Cuesta porque no nos enseñan a soñar; es más, lo penalizan (¡déjate niño de soñar en ser futbolista, que eso es imposible!

Yo me considero, desde una perspectiva filosófica, un existencialista empedernido. No voy a entrar en sus autores, sino en el fondo superficial de su discurso. El existencialismo dice que no tenemos una naturaleza humana innata ni eterna. Nosotros, cuando nacemos, no tenemos determinado quienes vamos a ser, ni siquiera como especie. Es a lo largo de los siglos que hemos ido construyendo nuestra identidad. Decía Sartre: "Mi existencia precede a mi esencia como ser humano". También como individuos, tenemos que crearnos a nosotros mismo porque no está todo dado de antemano.

Claro, nos vemos en este mundo increíble sin decidirlo, e indudablemente también vamos a morir (es parte esencial de la vida, aunque nos genere alguna angustia). Pero entre el punto inicial y el final de esta experiencia vital, tenemos la total libertad para ser cualquier cosa. Y resulta que la desestimamos. 

Cualquier decisión, experiencia, circunstancia, nos determina. No podemos afirmar que sea buena ni mala. Simplemente es lo que es. Por ejemplo, si me divorcio, o me echan del trabajo, ¿eso es malo? En un principio sufrimos, pero a medio plazo habrá sido un paso necesario para alcanzar un estado e identidad diferente: conoceré a otra persona de la que me enamoraré, o encontraré un proyecto laboral mejor.

Las personas no creen que pueden ser lo que quieran, cuando existir es crear la propia existencia. Pero como digo, nos vienen a la mente ideas como: "yo no soy listo, ¿Cómo voy a estudiar tal cosa?", o "no tengo conocimientos, habilidades,...", y es porque se tiene una concepción de la inteligencia estática, y ya se sabe que eso es erróneo: la inteligencia es un constructo que tiene indefinidas concepciones, y en todas ellas se trata de un concepto que evoluciona si lo alimentamos con experiencias enriquecedoras.

Pero es parte de nuestra biología pensar así. Nuestro cerebro es difícil controlarlo. Y el único modo de controlar esta naturaleza es generar otra a través del desarrollo de un carácter con la ayuda de una Moralidad útil. Es decir, la ética (entendida como las normas universales que regulan nuestra conducta) y la definición de un proyecto, de manera libre. No podemos elegir nuestra naturaleza animal, pero sí que podemos desarrollar una ética que regule nuestro comportamiento: esa es la verdadera libertad, y no hacer lo que "te dé la gana".

La moral y las metas vitales que decidimos permiten zafarnos de nuestros condicionantes biológicos y ayudan para actuar conforme al proyecto, liberándonos. En síntesis: soñemos y convirtamos nuestra vida en un viaje hacia quienes queremos ser como profesionales.


Comentarios

Entradas populares de este blog

25 consejos para tratar con jefes narcisistas

Los 8 aspectos clave de la dirección de personas

6 Técnicas asertivas verbales, para sacarnos de un apuro